36 AÑOS INTEGRANDO COOPERATIVAS
18/12/2024
El trabajo digno en el ámbito de cuidado y los derechos irrenunciables de los trabajadores y trabajadoras del sector

El trabajo de cuidados es fundamental para consolidar el bienestar de las personas y un desarrollo económico sostenible. Su existencia tiene dos implicancias: por un lado se trata de una necesidad para sostener el desarrollo de la vida y por otro, es un derecho.

Las tareas de cuidado han sido históricamente precarizadas y feminizadas, incluso invisibilizadas, sin reconocer que gracias a ellas se sostiene el sistema económico actual.

De acuerdo a un informe presentado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género en 2020, las tareas domésticas y de cuidado consideradas como un todo eran la actividad que más aportaba a la economía: un 16% del PBI. Se trata de tareas que en su mayoría realizaban las mujeres de manera gratuita. Según los cálculos del informe, las mujeres argentinas dedicaban más de 96 millones de horas diarias a estas tareas, sin ningún tipo de remuneración pero con un gran costo en términos de tiempo.

El mismo informe planteaba que casi 4 de cada 10 mujeres trabajan en actividades relacionadas con los cuidados (trabajo doméstico, enseñanza, servicios sociales y de salud), lo que evidenciaba un índice mayor de informalidad de las identidades femeninas sobre las masculinas. 

Frente a esta realidad que puede volverse desalentadora tanto para quien hace del cuidado un medio de subsistencia como para quien requiere de cuidados, el cooperativismo encontró una respuesta. Desde hace más de dos décadas se han gestado en todo el país experiencias de Cooperativas de Cuidadores y Cuidadoras. Surgieron con el objetivo de garantizar un servicio de calidad para las comunidades fomentando el trabajo calificado, autogestivo, sostenible y equitativo.

Durante todo este tiempo el ámbito cooperativo de cuidados ha crecido exponencialmente. Ocupan hoy espacios de tomas de decisiones en Federaciones y Confederaciones e incluso durante el año 2023 lograron conformar la Federación de Cooperativas de Cuidados con la participación de más de 65 cooperativas de 18 provincias de Argentina.

Además, trabajaron arduamente en el Congreso para lograr una Ley que no sólo reconozca las tareas de cuidado y arbitre las políticas públicas necesarias para garantizarlas, sino sobre todo, para que las Cooperativas de Cuidadores y Cuidadoras sean visibilizadas y reconocidas como agentes capaces de brindar ese servicio. Su principal objetivo fue lograr un régimen laboral para las personas que ejercen la actividad de cuidado domiciliario y/o polivalentes. 

El trabajo cooperativo ha implicado en este ámbito garantizar a trabajadores y trabajadoras una contraprestación digna por su labor e incluso en numerosas oportunidades el acceso por primera vez al trabajo registrado y bancarización. 

Josefina Sánchez, presidenta de SOLTRECHA (Solidaridad Trento Chaqueña), Cooperativa de Trabajo de la Provincia de Chaco y presidenta de la Federación de Cooperativas de Cuidadores, explica que “el objetivo de las cooperativas de cuidado siempre fue brindar un servicio de excelencia, destacarnos en la comunidad por brindar un excelente servicio con calidad a la hora de la prestación, con calidez humana, un servicio personalizado, pensado en cada persona. Y cuando digo cada persona, no hablo solamente de las personas que necesitan o que requieren de nuestro servicio, sino también de las trabajadoras y trabajadores del cuidado. Eso se logra en las cooperativas, ya que siempre se tiene en cuenta los saberes, los conocimientos de las compañeras, la distancia que le toma llegar a cada guardia, que no estén sobrecargadas de trabajo, que tengan una contención dentro de la cooperativa, que se contemplen sus horarios laborales”.

Hoy, este sistema que apareció como respuesta a una demanda social que sigue creciendo y promovió que cientos de personas accedan al trabajo digno, se enfrenta a desafíos de índole económica y social.

Para los asociados y asociadas de las cooperativas, las Asignaciones Familiares por Hijo (SUAF) distribuidas por ANSES en el caso de los contribuyentes del Monotributo, suponen las cifras de $46.642 en la categoría A y $31.460 en la Categoría B.

Sin embargo, la Asignación Universal por Hijo (AUH), que no es compatible para monotributistas, y por Asignación por Embarazo (AUE), suponen el valor en diciembre de $93.281 para la mayoría de los beneficiarios. A ello se suma la existencia de la Tarjeta Alimentaria, que oscila hoy en $108.062 para familias con tres o más hijos.

Estos valores, que si bien son sumamente necesarios hoy para las familias, resultan insuficientes en su función y provocan un escenario complejo para el sistema cooperativo. Se están dando numerosos casos, especialmente de mujeres jefas de hogar, que deciden retirarse de las cooperativas para continuar con su trabajo en el ámbito de las tareas de cuidado de manera informal. Eligen abandonar el sistema de trabajo registrado para alcanzar una suma mayor de ingreso mensual que el que recibirían siendo monotributistas, por las diferencias de ingreso en las asignaciones. La realidad económica y social actual las empuja a volver a un sistema donde sus derechos son vulnerados. 

Las cooperativas de cuidadores y cuidadoras han advertido esta problemática tan compleja que deja al sector muy desamparado.

Josefina, aclara que “como las cooperativas de cuidado son en un 90% mujeres, se evidencia mucho más esta situación de desventaja de las mujeres trabajadoras registradas a la hora de la seguridad social y de tener estos beneficios que, como me decía una compañera, este no es un beneficio para mí, esto es la plata de los chicos”. Quienes son monotributistas a partir de la categoría A en Chaco, según explica, tampoco pueden acceder a descuentos en el transporte público ni la tarjeta alimentaria. Pareciera una especie de castigo por trabajar de manera registrada. 

Las mujeres “prefieren obviamente trabajar en negro que registrarse y perder eso que les es muy significativo en su economía hoy en día. Y eso se entiende perfectamente. Es importante evidenciar que lo hacen por necesidad, y eso las tiene al margen del sistema. El día que se quieran jubilar, por ejemplo, no lo van a poder hacer porque no tienen aportes jubilatorios”. 

Y, si bien la situación de las Cooperativas de Cuidados puede ser diversa respecto a la región del país donde se ubiquen, enfrentan desafíos comunes. A la problemática de sostener la cantidad de personas asociadas se suma la inestabilidad de acceso al seguro social y la crisis económica. María Josefa Ávila, presidenta de la Cooperativa Acompañando en salud explica que “muchas familias dan de baja los servicios de cuidado domiciliario, porque no lo pueden sostener, entonces se redujo muchísimo el trabajo. Otro inconveniente son los plazos de fecha de pago de obras sociales y el costo de los servicios y el alquiler que, en nuestro caso, representa más de un 600%”. 

Aunque la perspectiva a corto plazo parece sombría, desde el sector continúan trabajando articuladamente para lograr la regulación necesaria de la actividad, el reconocimiento de quienes trabajan en el sector de cuidado como trabajadores de salud y la posibilidad de articular no sólo con el Estado sino con el sector privado. Porque, como aclara Josefina, “es un trabajo donde uno le pone muchísimo el cuerpo y se trabaja con personas que generalmente están pasando por un proceso de enfermedad, que están duelando o que muchas veces están tristes y nosotros vamos y le ponemos el cuerpo y el alma a esas situaciones”.

Es necesario luchar para la reivindicación del trabajo registrado y la garantía de los derechos de trabajadores y trabajadoras.  Las empresas cooperativas de cuidado son muy eficientes porque se sostienen en un sistema que tiene en cuenta a todos los actores involucrados, prioriza a las personas y nunca deja de responder a la demanda de asistencia. 

El trabajo de cuidado seguirá creciendo. Es tarea del sector encontrar respuestas y nuevas formas que respondan a la demanda social poniendo en el centro a todas las personas, tanto aquellas que requieran de los cuidados como a quien ponga el cuerpo día a día llevando a cabo el trabajo. 

La salida, como siempre, será colectiva. 

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