COOPERATIVAS QUE RECUPERAN EMPRESAS
Desde el comienzo de su gestión FECOOTRA (Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina) ha fijado una línea de acción que tiende a evitar cierres de fuentes de trabajo para lo cual brinda asesoramiento y apoyo a los trabajadores de las empresas en crisis, reconociendo como válidas las experiencias que van desarrollando otros compañeros que tomaron la decisión política de adoptar esta identidad social.
Distintos son los casos, de acuerdo al origen de cada problemática, si bien la mayoría se inicia con la toma de las fábricas en riesgo de desaparecer, algunas han obtenido la continuidad laboral a través de una oferta para la compra de hipotecas, cediendo en compensación el monto de sus indemnizaciones; pagando alquileres, e inclusive las deudas de servicios públicos y otros proveedores para conservar la credibilidad en el proyecto.
Desde un comienzo fue difícil definir una estrategia, la necesidad acuciante en los hogares y la falta de antecedentes en el tema forzó a la capacitación sobre la marcha, respondiendo a la velocidad de gestión que reclamaba la emergencia. Así comenzamos los contactos con los Consejos Deliberantes, Cámaras de Diputados y Senadores en busca de una herramienta válida que consolidara el esfuerzo ello es la declaración de utilidad pública y sujeto a expropiación, de los bienes inmuebles de las plantas industriales.
La legislatura de la Provincia de Buenos Aires es quien ha sido abierta a escuchar nuestras propuestas y consolidado su apoyo a través del dictado de leyes expropiatorias .
La Primera Ley fue una empresa (GIPMETAL) que después de 72 días de tomada constituyó una cooperativa de trabajo con el apoyo de FECOOTRA y el acompañamiento de su “vecina” la COOPERATIVA LA UNIÓN,
Esta variante en la conducción de una empresa comercial, surgió paralelamente al incremento de la precariedad laboral, la pérdida de los derechos legítimamente obtenidos por los trabajadores que, a modo de prenda o sacrificio social, fue ofrecida al insaciable Dios del capitalismo salvaje para que les permitiera a los empresarios continuar con un sistema sin sufrir en forma directa sus consecuencias.
Contratos trimestrales -ó con óptima suerte semestrales- con la consiguiente desaparición de aguinaldos, vacaciones y coberturas sociales de dudosa profesionalidad, pérdida de categorías y plus no fueron suficientes para contener el avance del desempleo, pero sí para que algunos empresarios mantuvieran sus ingresos.
Ante ésta situación de entrega de la dignidad laboral, se produjeron cambios en la mentalidad de algunos referentes gremiales, delegados de fábrica que optaron por convencer a sus compañeros que antes de quedar desocupados valía la pena intentar ocupar el lugar del empleador y probar suerte.
Se calcula que en todo el territorio nacional se han generado más de 60 empresas reconvertidas por el cooperativismo de trabajo, con la recuperación de aproximadamente 4.500 puestos laborales.
En todos los casos, cuando nuevamente se pone en funcionamiento la empresa (ahora cooperativa), se tropieza con una serie de inconvenientes, que se van superando muchas veces con ideas "artesanales" e "ingenio popular"; los propios trabajadores se autofinancian capitalizando sus ingresos, y llevando a casa mucho menos de lo justo... pero avanzan.
Estas empresas reconvertidas en cooperativas de trabajo cuentan con apreciables posibilidades de hacer una autogestión plenamente exitosa, dado que conocen la actividad, ya lo hacían de conjunto, vivenciaron la condición de desocupados y por ello pelean para no serlo. Saben que no encuentran otras oportunidades, que la realidad les impone unirse y practicar la solidaridad en la emergencia. Conocen proveedores y clientes y están capacitados para la tarea. Y lo más elemental: no se proyectan sobre el retiro de especulativas ganancias empresariales, sino sobre la digna y equitativa distribución de excedentes repartibles.
A diferencia de los empresarios cuya mecánica de acción y formación económica funcionó como una limitante en la búsqueda de una salida a la crisis, las nuevas cooperativas surgidas en esta emergencia laboral asumen la responsabilidad de recuperar su fuente de trabajo y además aceptan el desafío de actualizar sus estructuras de producción- en muchos casos obsoletas- destinando a este fin parte de sus ingresos, conscientes de que mediante esta inversión ingresarán en el cada vez más reducido y competitivo circuito productivo
Nélida López