Con locro, empanadas y pastelitos, la cooperativa abrió las puertas de su restaurante a la comunidad.
En diciembre de 2001, los compañeros de la Cooperativa de Trabajo Pashuca, se manifestaban en la plaza de mayo en reclamo por la crisis económica y política que atravesaba el país. Así empezaron a caminar juntos; todos los viernes iban a manifestarse en frente del Congreso pidiendo un cambio, sin saber en ese momento que el cambio llegaría de la mano de la autogestión. Hoy, después de una larga lucha y varios emprendimientos llevados a cabo en el camino, lograron abrir las puertas de su restaurante.
Algunos de los que hoy conforman Pashuca, comenzaron a transitar este camino a principios de 2002, momento en el cual sintieron que algo en sus vidas debía cambiar, que tenían que hacer algo por ellos y por los que los rodeaban. En aquel momento realizaron asambleas, construyeron festivales, hicieron huertas en las escuelas, compras comunitarias, emprendimientos productivos, ferias, recitales, peñas y obras teatrales, nada en soledad, todo juntos.
Teresa Soria, presidente de la Cooperativa Pashuca, relató sus primeros pasos diciendo: “militábamos en las asambleas barriales que se hicieron en el 2001 y principios de 2002, pero no queríamos que todo lo que hacíamos quedara en la nada. Organizábamos distintos eventos y actos culturales. Así montamos un emprendimiento de pastas caseras en mi casa, y empezamos a trabajar sin patrón”.
Pashuca, nació de estos procesos, y se constituyó como Cooperativa de Trabajo hace 4 años. Hoy son 8 los asociados que, después de varios proyectos y muchos años de trabajo, lograron abrir las puertas del salón restaurante, ubicado en la calle Varela Nº 1061 del barrio porteño de Flores. Hasta este momento sólo trabajan como servicio de delivery, cocinando para todas las casas y comercios del barrio, pero siempre persiguiendo la idea de ampliarse, se animaron a avanzar y a abrir sus puertas a toda la comunidad.
“Inauguramos el salón con locro, empanadas y pastelitos, conmemorando también el nacimiento de la Patria. Fue muy emocionante porque el salón, que tiene capacidad para 50 personas, estuvo lleno 3 veces. Mucha gente nos vino a apoyar, entre ellos el presidente de FECOOTRA, José Orbaiceta, que compartió el locro con nosotros”, relató emocionada Teresa Soria.
La historia de Pashuca, no hace más que demostrar que de la mano de los trabajadores organizados y autogestionados pueden superar cualquier crisis. Ellos eligieron el camino, ellos eligieron la autogestón y encontraron en el modelo cooperativo una herramienta que no solo les brinda una fuente laboral sino también una elección de vida.
Desde FECOOTRA felicitamos a todos los compañeros de Pashuca que han demostrado que persiguieron su sueño y, sin bajar los brazos, lo consiguieron.
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