La Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina, nació el 29 de mayo de 1988 de la mano de un grupo de compañeros  profundamente convencidos de que los trabajadores autogestionados debían organizarse en una entidad que los uniera y les permitiera luchar por sus derechos. Nélida Lopez, José Orbaiceta y Héctor “El Gallego” Garay, formaron parte de aquellos pioneros que lucharon por fundar esta entidad que hoy celebra 26 años de historia.

Después de una amplia recorrida por todas las cooperativas de trabajo de la provincia de Buenos Aires, como resultante de este proceso, los días 28 y 29 de mayo de 1988 se llevó a cabo en la República de los Niños la constitución de FECOOTRA. La fecha no fue azarosa sino que se eligió en coincidencia con el 19° aniversario de aquella gigantesca movilización popular desatada contra la dictadura de Juan Carlos Onganía, recordada como “El Cordobazo”, hecho histórico que representa la unificación de trabajadores y estudiantes que alzaron las voces en reclamo a la crisis económica y política que atravesaba el país.

Durante sus primeros años, FECOOTRA,  fue de carácter provincial, para transformarse luego en una entidad de carácter nacional. Hoy, con más de 75 cooperativas distribuidas en todo el territorio nacional, agrupa a más de 2300 trabajadores agrupados en cooperativas de trabajo.

FECOOTRA apareció en el escenario social en momentos en los que la declinación general de la economía se hacía sentir. Lo mismo que el desempleo y la decreciente producción, la presión progresiva de la deuda pública y privada, la inflación galopante y las caprichosas tasas de interés. En ese marco social, los trabajadores eran las primeras víctimas de los recortes presupuestarios, despidos, suspensiones, reducción de salarios y cierre de fábricas.

Desde nuestros inicios, luchamos por liberar a los trabajadores de las garras del patrón, por promulgar los principios de nuestro movimiento y demostrar que no es necesario trabajar al servicio del capital, sino que los trabajadores somos capaces de gestionar  eficientemente nuestros recursos y nuestras empresas.

La singularidad de las cooperativas de trabajo consiste en su contribución al crecimiento social y económico, a la creación y permanencia de la ocupación laboral, a la lucha contra la marginación, a la cohesión social, a la integración democrática de los ciudadanos, colaborando con el Estado a sostener y fomentar la cultura del trabajo y la creación de estructuras de apoyo al empresariado social. Esta es la bandera que sostenemos desde nuestros inicios y la que continuaremos manteniendo en alto en pos de defender los derechos de los trabajadores organizados en cooperativas.

 

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