35 AÑOS INTEGRANDO COOPERATIVAS
15/5/2012
La historia del BAUEN y MERCOTELES S.A

Una investigación realizada por Guillermo Berasategui documenta la historia del Hotel BAUEN y  la empresa fantasma Mercoteles S.A

 

Los trabajadores del Hotel BAUEN  mantienen una causa de expropiación en la cual la empresa Mercolteles S.A reclama el inmueble asegurando ser la dueña del mismo. Según un Informe realizado por Guillermo Berasategui, la empresa Mercoteles S. A nació ya como una empresa fantasma.

El Hotel Bauen S.A. se construyó para la Copa Mundial de Fútbol Argentina 1978 con un crédito blando otorgado por la dictadura militar, a través del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE), a Marcelo Iurcovich, un empresario con fluidos contactos con la Armada Argentina. El hotel se edificó en tiempo record pero el crédito nunca fue pagado.

En el medio, Bauen S.A. presentó balances y documentación falsa para cobrar los certificados de construcción. Como si fuera poco, Marcelo Iurcovich tenía un vicio: cambiar el nombre de su firma para que los empleados pierdan derechos y beneficios sociales, lo que originó una amplia red de empresas fantasmas que, entre otras cosas, lo ayudaron a evadir.

También acumuló una voluminosa deuda con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (G.C.B.A) en concepto de A.B.L. En 1997 anunció la venta del hotel al grupo chileno Solari S.A., en una operación cuanto menos dudosa, como detallaremos más adelante. Cuatro años más tarde Solari presentó la quiebra y Iurcovich ofreció devolver el dinero de la seña para que le restituyan la propiedad. La Justicia aceptó el ofrecimiento, pero Iurcovich nunca reintegró nada. Sorpresivamente en el 2004 la familia anunció que había vendido la propiedad a Mercoteles S.A.

Si la Justicia se hubiese encargado de investigar correctamente habría encontrado, sin demasiada dificultad, que entre Bauen S.A. y Mercoteles S.A. hay un íntimo hilo conductor: los mismos personajes que figuraron sucesivamente en los más altos puestos de Mercoteles S.A. son familiares de Marcelo Iurcovich o aparecen alternativamente como directivos o apoderados en las dos empresas. Es decir, las dos firmas tienen los mismos dueños.

Además,  como si estas pruebas no fueran suficientes, el actual presidente de Mercoteles S.A., Hugo Iurcovich, es el hijo y sucesor de Marcelo Iurcovich. Hugo, heredero de Bauen S.A., es el presidente de la empresa que reclama la propiedad del Hotel Bauen.

Mercoteles S.A se constituyó como sociedad el 20 de junio de 2001 con un capital de  $25.000 y cinco días después compró el Bauen, valuado en 1200 veces su capital. Resulta evidente el desfasaje entre el capital inicial y la supuesta operación. Esta venta recién fue anunciada el 10 de diciembre de 2004, cuando los trabajadores ya hacía rato que habían recuperado y puesto en marcha el hotel. No es comprensible por qué tardaron tanto en anunciar la venta, como tampoco se sabe qué intereses ocultos impidieron anunciarla en tiempo y forma.

En el Acta Constitutiva de Mercoteles S.A., los inversionistas que aportaron el capital de la empresa son: Marcelo Hilario Gardella, Presidente, Juan Carlos Hernández, Director Suplente. Ambos personajes, con problemas en la Justicia argentina como en la uruguaya donde se los investiga por evasión fiscal y lavado de dinero. Hernández tiene una causa por representar a una empresa off shore uruguaya que compró propiedades en Buenos Aires estando radicada en Chubut, en un intento de eludir a la Inspección General de Justicia (IGJ). (Resolución 8/03, 12/03 y 2/05).Gardella tuvo en Uruguay una causa por lavado de dinero.

Otro antecedente de peso es la costumbre de Marcelo Iurcovich de cambiar permanentemente la razón social de sus empresas, no solo para que los empleados pierdan beneficios sociales, sino también para evadir a la justicia. El caso más paradigmático es el de Poliequipos SAICIMSA, una empresa dedicada al mantenimiento y equipamiento de hospitales y cuyo principal cliente era el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En Junio de 2005 en el Hospital Santojanni murieron tres personas. Habían dejado de funcionar todos los respiradores de terapia intensiva. El hijo de una de las voctimas comprobó que la empresa SAICIMSA siguió prestando servicio al hospital bajo otros nombres: Indaltec S.A.; luego  Divelux S.A. y posteriormente se transformó en Compañía Industrial de Mantenimientos y Servicio.

Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, el Ministerio de Economía, a cargo de José Luis Machinea, implementó un plan de facilidades de pago mediante la Resolución Nº 831 del año 2000, por el cual se aprobó un plan de regularización de morosos para los deudores del ex BANADE, a cuya moratoria no se acogió la empresa BAUEN S.A. Así, queda registrado que no estaba entre sus intenciones cancelar la deuda contraída con el Estado.

Es importante recordar que BAUEN S.A. adeuda al Estado Nacional al 12 de marzo de 2007, solo en virtud de la falta de pago de los préstamos otorgados por el BA.NA.DE, la suma de $8.616.524,87 de acuerdo a la última liquidación practicada en los autos "BAUEN SACIC C/ BANCO NACIONAL DE DESARROLLO S/CUMPLIMIENTO DE OPERACIÓN CREDITICIA".

Asimismo vale la pena recordar que el 22 de febrero de 2001, también bajo el gobierno de Fernando de la Rúa, la Justicia decretó la quiebra de la empresa Solari S.A., que hasta ese momento administraba el hotel. La causa comenzó a acumular pruebas y reclamos de los acreedores en el Juzgado Comercial número 9, secretaría 18, a cargo del juez Javier Dubois, en un proceso que culmina en diciembre de 2001, con la quiebra de Solari S.A.

Solari S.A. había comenzado a comprar el inmueble del Hotel Bauen, en una operación por lo menos dudosa, (compró un edificio hipotecado, le dieron la posesión con solo el 10% del anticipo, cuando lo normal es del 25 al 30% y para ello suscribió un boleto de compra/venta frustrado: sólo pagó algunas cuotas a Iurcovich, quien reclamó ante el juez la nulidad del contrato).

Tras la quiebra, Iurcovich ofreció devolver los cuatro millones de dólares recibidos (de los 12 millones de dólares que cotizaba el total de la venta) a cambio de que la Justicia le restituyera el inmueble. El juez accedió al pedido, pero Iurcovich nunca pagó. Así las cosas, legalmente la propiedad no es de nadie: el que la compró no terminó de pagarla y el que la vendió no restituyó nunca lo cobrado al fondo de la quiebra. Semejante situación genera una indefinición legal sobre a quién le pertenece el inmueble. En el medio de ese proceso los trabajadores recuperaron el hotel de las cenizas, invirtieron más de cinco millones de pesos para ponerlo en funcionamiento, lo abrieron y lo recobraron para la comunidad, generaron puestos de trabajo y lo autogestionaron exitosamente, convirtiéndose así en sus legítimos propietarios.

En su sistemática campaña contra la Cooperativa B.A.U.E.N., Mercoteles S.A. y el doctor Gerardo Mario Palomero, indistintamente apoderado de Bauen S.A. y Mercoteles S.A., insisten en que el hotel no está habilitado y por lo tanto es un peligro para los pasajeros, los trabajadores y la sociedad. Sin embargo, por orden del juez Roberto Gallardo, en la causa “Cooperativa de Trabajo Buenos Aires (B.A.U.E.N.) contra GCBA sobre amparo (articulo 14 CCABA) expediente Nº 6774/1 del 17 de junio de 2005”, el hotel fue habilitado y cuenta con las normas de seguridad necesarias para su normal funcionamiento.

Vale la pena que los legisladores reflexionen sobre el futuro del Hotel Bauen y piensen seriamente en manos de quien dejaran su destino: a una empresa que, como quedó demostrado en la investigación realizada por Guillermo Berazategui, es la continuidad de los que vaciaron, quebraron y abandonaron el hotel, o a sus trabajadores que de la nada y de las ruinas lo transformaron en un espacio para toda la sociedad.

Los empleados no recuperaron el hotel para sí mismos, sino que lo transformaron en un punto de encuentro para toda la comunidad. Los trabajadores de Cooperativa B.A.U.E.N. esperan que aquellos que son los representantes del pueblo, se pongan los pantalones largos y de una buena vez pongan fin a nueve años de luchas e incertidumbres. Sería importante que al momento de votar la Ley de Expropiación conozcan cada una de las acciones realizadas por la empresa Mercoteles S.A para no legalizar con su voto el fraude de la empresa  corresponsable del vaciamiento y quiebra del Hotel Bauen.

El Hotel Bauen nació con una marca de clase. A raíz de un acontecimiento histórico, diciembre del 2001, se convirtió en un símbolo.  Es un icono de las empresas recuperadas, es un símbolo de todos los trabajadores que no se dieron por vencidos y lucharon incansablemente para recuperar su fuente de trabajo, poner el hotel en funcionamiento y transformarlo en una empresa sustentable. Nos solo eso, hoy el BAUEN también representa un espacio cultural del cual se apropiaron todos los actores  que pretendemos una economía justa y solidaria.

 

Fuente: Guilleramo Berasategui
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